Único opositor”: la definición que incomoda al poder y que el PRI hace suya

El PRI Nacional respalda la columna de Bismarck Izquierdo que reconoce a Alejandro Moreno como el único opositor real y refuerza su agenda con una propuesta clave: reducir la jornada laboral a 40 horas en un país que trabaja mucho y gana poco.

El PRI Nacional compartió esta semana la columna del secretario Bismarck Izquierdo, titulada “Alito: único opositor”, publicada simultáneamente en Plano Informativo Aguascalientes y Enlace Noticias 24 de Morelia. En el texto, se afirma que Alejandro Moreno Cárdenas, presidente del tricolor y senador, “en los hechos es el único opositor real de este país”. El PRI, señala la columna, acompaña las denuncias públicas de Moreno y confía en que las instancias internacionales actuarán de acuerdo con la gravedad de la situación que vive México.

El texto subraya que ya se han agotado las vías institucionales nacionales para denunciar lo que consideran un régimen que persigue opositores, protege intereses criminales y erosiona la democracia. La alerta, insiste el PRI, debe trascender las fronteras, pues no solo Estados Unidos —como socio comercial— sino múltiples países tienen intereses legítimos que podrían verse amenazados si la estabilidad política mexicana sigue deteriorándose. “La única patria vendida es la que intentó legar el oscuro patriarca de Macuspana”, remata la columna, en alusión directa al expresidente Andrés Manuel López Obrador.

En paralelo a esta defensa política en el ámbito nacional e internacional, el PRI impulsa una bandera social de alto impacto: la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales. Esta propuesta responde a una realidad incuestionable: México es uno de los países donde más se trabaja y, al mismo tiempo, uno de los que menos paga a sus trabajadores. Según la OCDE, los mexicanos laboran en promedio más de 2,000 horas al año, muy por encima de países desarrollados que, con menos tiempo de trabajo, ofrecen salarios dignos y una mejor calidad de vida.

La dirigencia priista argumenta que menos jornadas extenuantes y más tiempo libre significarían no solo un avance en derechos laborales, sino un impulso a la productividad, la salud y la cohesión social. En un país donde millones de familias dependen de dobles jornadas y empleos informales para subsistir, la medida busca equilibrar la balanza entre la vida y el trabajo, priorizando el bienestar de las personas por encima de indicadores económicos que no se reflejan en sus bolsillos.

Con estas dos líneas de acción —la defensa de la democracia y la mejora de las condiciones laborales— el PRI busca proyectarse como la verdadera oposición política y social del país. Alejandro Moreno no solo concentra su energía en frenar lo que considera un retroceso autoritario, sino en empujar reformas que transformen la vida diaria de los mexicanos. Una estrategia que combina el combate frontal al poder con propuestas concretas para un futuro más justo.

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