Un viaje que ya no es seguro: el PRI lanza una advertencia

El PRI Nacional propone una estrategia integral para enfrentar la creciente inseguridad en carreteras mexicanas

En medio de un escenario alarmante para miles de conductores, transportistas y familias que transitan por las carreteras de México, el PRI Nacional ha presentado una serie de propuestas para devolver la seguridad a las vialidades del país. Desde robos con violencia hasta desapariciones forzadas, los caminos federales se han convertido en zonas de riesgo donde ni el transporte de carga ni los pasajeros están a salvo.

La situación ha empeorado considerablemente en los últimos años. Según datos de organizaciones especializadas y reportes oficiales, los robos a transportistas aumentaron más del 25% tan solo en el último año, particularmente en estados como Puebla, Estado de México, Guanajuato y Veracruz. A esto se suma la creciente presencia del crimen organizado en carreteras, que ha desplazado a la autoridad y ejerce control territorial en regiones clave.

Frente a esta emergencia, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha propuesto una estrategia compuesta por tres ejes prioritarios:

  1. Instalación de más puntos de inspección en tramos de alta incidencia de robo a transporte y pasajeros.
    Esta medida busca la disuasión inmediata del crimen en zonas críticas, donde hoy la presencia policiaca es prácticamente nula. Con puestos móviles y permanentes, se pueden generar corredores seguros en rutas clave del país.
  2. Uso de tecnología para monitoreo en tiempo real de transporte de carga.
    El PRI plantea el uso de GPS avanzados, cámaras de rastreo y sensores conectados a un centro nacional de vigilancia. Esta propuesta permitiría detectar desvíos sospechosos, interrupciones o eventos de riesgo en tiempo real, facilitando la intervención rápida de las autoridades.
  3. Creación de protocolos de reacción y auxilio inmediato tanto para transportistas como para ciudadanos.
    La ausencia de respuesta inmediata ante emergencias ha costado vidas. Por eso se busca implementar protocolos coordinados entre Guardia Nacional, autoridades estatales y centros de monitoreo, para garantizar que, ante cualquier incidente, se actúe de forma rápida y efectiva.

La responsabilidad de Morena

El PRI ha sido contundente en señalar que la crisis de seguridad en carreteras es una consecuencia directa del abandono del gobierno de Morena. Desde la creación de la Guardia Nacional, se prometió reforzar la vigilancia en las rutas más peligrosas del país. Sin embargo, la realidad ha sido opuesta: menos patrullajes, más impunidad y un repliegue de la autoridad frente al crimen organizado.

A pesar de las múltiples advertencias del sector transportista y empresarial, el gobierno ha minimizado la situación. La Guardia Nacional, en lugar de enfocarse en la seguridad carretera, ha sido usada como instrumento político y migratorio, dejando expuestos miles de kilómetros de autopistas federales.

El PRI sostiene que no basta con discursos. Se necesitan acciones concretas, tecnología, coordinación real y voluntad política. La estrategia que propone no solo es viable, sino urgente. Porque hoy en México, un viaje por carretera se ha convertido en una ruleta rusa, y el país no puede permitir que el miedo siga controlando sus caminos.

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