Fiscalías al servicio de Morena

El caso Alito expone el abuso: lo que está ocurriendo con Alejandro Moreno debería alarmar a todo ciudadano, las fiscalías hoy se usan como armas políticas que favorecen a Morena.

Lo que hoy vive Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, no es un caso aislado. Es el ejemplo más reciente y más preocupante de cómo Morena ha convertido las fiscalías en instrumentos de presión política.

En lugar de actuar como órganos autónomos, muchas fiscalías del país parecen seguir órdenes del poder central. Y cuando esas órdenes apuntan a la oposición, el resultado es el que vemos ahora: procesos judiciales sin sustento, filtraciones a modo y linchamientos mediáticos bien coordinados.

A Alito lo acusan, lo persiguen y lo exhiben no porque existan pruebas sólidas, sino porque ha sido una de las voces más duras contra Morena. Denunció pactos con el crimen, criticó la militarización, expuso las contradicciones del gobierno. Y por eso hoy lo quieren callar.

Pero este no es solo un ataque contra él: es una advertencia para cualquier ciudadano que se atreva a criticar al régimen. Si esto le hacen a un líder nacional con fuero y visibilidad, ¿qué no podrían hacerle a un activista, a un periodista o a cualquier voz incómoda?

La justicia no puede tener dueño. Y hoy, en México, hay señales claras de que las fiscalías se están usando con fines políticos, no legales. Alejandro Moreno lo está denunciando, no por él, sino por todos los que creen que este país merece instituciones libres e imparciales.

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