Cuando el crimen sustituye al Estado
El PRI Nacional denuncia el abandono cultural y la crisis social que vive México bajo Morena, donde la niñez es reclutada por el crimen y la cultura se reduce a propaganda política.
Desde el PRI Nacional se ha lanzado una firme crítica a la reciente reestructura administrativa de la Secretaría de Cultura del gobierno federal, calificándola como otro síntoma del deterioro institucional promovido por Morena. En un posicionamiento oficial, el partido denunció que México vive un “derrota cultural” profunda, donde la política cultural se ha convertido en una extensión del proyecto político oficialista, dejando de lado a creadores, comunidades y al verdadero desarrollo cultural.
“Desafortunadamente, los hechos no respaldan sus dichos y México cada día se aísla más del concierto internacional. Su diplomacia cultural folclorista-asistencialista sólo atiende a un proyecto político y no a la gente que debería ver un cambio sustancial en su esfera de vida”, expresó el PRI en su comunicado. La reestructura, señalan, no responde a las verdaderas necesidades del sector, sino a la lógica del control ideológico y la propaganda.
Esta crítica se suma a otro de los grandes fracasos del gobierno de Morena: la ausencia de una estrategia efectiva frente al reclutamiento forzado de niñas, niños y adolescentes por parte del crimen organizado. En su más reciente columna para El Heraldo de México, la senadora y secretaria general del PRI Nacional, Carolina Viggiano tituló esta tragedia como “La ruta de la muerte”, y denunció cómo miles de menores están siendo enganchados por grupos delictivos en estados como Guerrero, Michoacán, Morelos y Sonora.
“Cuando niñas y niños son reclutados por la delincuencia, no inician una carrera criminal duradera, sino una ruta de muerte que, en promedio, apenas dura dos o tres años”, escribió Viggiano. El abandono institucional, la pobreza y la violencia estructural han creado un terreno fértil para que el crimen organizado se convierta en la única “salida” para menores expuestos al hambre, al miedo y a la falta de oportunidades.
Con más de 1.5 millones de menores fuera del sistema educativo y cerca de 300 mil en riesgo directo de ser reclutados, el PRI ha denunciado que el Estado ha cedido su responsabilidad en amplias zonas del país. En lugar de fortalecer las políticas de prevención, educación y desarrollo cultural, el gobierno federal ha optado por centralizar el control político, desmantelar instituciones y utilizar el aparato cultural como herramienta de propaganda. En paralelo, bandas criminales suplantan al Estado, reclutan menores impunemente, y transforman regiones completas en zonas de muerte.
México no solo enfrenta una crisis de violencia, sino una crisis ética e institucional. El PRI Nacional ha exigido que se investigue a fondo el reclutamiento forzado, se tipifique correctamente este delito y se actúe con contundencia ante la complicidad de autoridades. Al mismo tiempo, ha insistido en la urgencia de una política cultural que recupere el espíritu transformador del arte y la educación como herramientas de paz. Porque cuando el crimen sustituye al Estado, y la cultura se convierte en propaganda, el futuro del país se desmorona en silencio.



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