Abigail Arredondo: la política que camina, escucha y transforma
“Este informe no se cuenta desde una oficina, se vive en las calles, se respira en las comunidades y se construye con ustedes, día a día.”
Con esta frase, la diputada federal Abigail Arredondo Ramos marcó el corazón de su más reciente gira de rendición de cuentas: un recorrido de dos semanas por los 18 municipios de Querétaro que, más que un acto político, fue un ejercicio de cercanía, de escucha activa y de compromiso real.
Lejos de los reflectores, los auditorios cerrados o los discursos solemnes, Abigail eligió otro camino. Caminó por mercados, se sentó en las bancas de plazas públicas, recorrió calles polvorientas y colonias con historia. Estuvo ahí donde la política pocas veces llega: en comunidades indígenas, en hogares encabezados por mujeres, en barrios que reclaman oportunidades y no promesas.
Porque informar no es solo hablar, es estar. Y en cada uno de esos encuentros, no llevó discursos prefabricados ni cifras frías, sino el corazón dispuesto para escuchar y compartir. Cada apretón de manos, cada mirada directa, cada palabra dicha sin intermediarios fue, en sí misma, una forma de rendir cuentas.
Durante su gira, Abigail Arredondo no solo compartió avances legislativos o gestiones realizadas. Lo que verdaderamente hizo fue tender puentes. Escuchó a los jóvenes que buscan empleo, a adultos mayores que exigen dignidad, a familias que viven con el peso diario de la desigualdad. Su mensaje fue claro: la política debe estar al servicio de la gente, no al margen de ella.
En un contexto donde la ciudadanía desconfía cada vez más de sus representantes, la diputada demostró que otra forma de hacer política es posible. Una que no se dicta desde el escritorio, sino que se teje en la calle, paso a paso, con la gente como brújula.
El informe de Abigail no se leyó: se sintió. Y eso marca la diferencia. Porque cuando una representante decide caminar con su pueblo y no encima de él, lo que entrega no es solo un resumen de actividades, sino una promesa viva de seguir construyendo un Querétaro más justo, más humano y más cercano.
Recorrer cada municipio, escuchar de frente y compartir las historias de la gente no es solo una labor política, es una reafirmación del compromiso con el servicio público. Porque es en las calles, no en las oficinas, donde se encuentran los retos reales y también las soluciones verdaderas. Abigail Arredondo entiende que la política con propósito se construye desde el territorio, con los pies en la tierra y el corazón con la gente. Estar cerca no es un gesto: es la única forma de transformar realidades.
Hay cosas que no se aprenden en los libros ni se resuelven desde un escritorio. Se entienden caminando, escuchando a una madre preocupada, a un joven con sueños o a un adulto mayor con esperanza. Esa es la esencia del trabajo de Abigail Arredondo: estar donde la vida pasa, donde las palabras importan y donde cada historia inspira acción. Porque hacer política no es hablar por encima, es construir al lado. Y esa cercanía, más que una estrategia, es una convicción.



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